El Movimiento Estudiantil de 1968 es uno de los acontecimientos sociales más significativos de la historia contemporánea de México. Su orientación crítica estuvo dirigida a un modelo de gobierno marcado por el autoritarismo y constituyó una expresión de ruptura vital frente al hermetismo secular que definió un extenso se UNAM), en reconocimiento a la trascendencia social y simbólica del Movimiento en favor de los derechos individuales y colectivos, así como del ejercicio de las libertades públicas y privadas, determinó realizar un Memorial de ese momento axial de la historia mexicana. Las razones para recordarlo son múltiples y están vinculadas al sentido fundacional de la UNAM: por una parte, su impronta política y su mitología ya forman parte de la sangre intelectual de nuestra cultura y, por otro lado, su espíritu transformador debe ser reconocido como un valioso núcleo de energía renovadora y una fuente de inspiración para comprender y estimular los cambios que demanda la sociedad mexicana