A partir del golpe de Estado de 1973, miles de chilenos fueron detenidos y torturados por ser militantes de los partidos de izquierda o simplemente por simpatizar con el derrocado gobierno de la Unidad Popular. Muchos de ellos fueron ejecutados. Muchos de sus cuerpos aún no aparecen. En la Región de Magallanes, zona aislada del resto del país, miles de personas sin posibilidad de escape fueron arrestadas y sometidas a vejámenes en cuarteles de las Fuerzas Armadas y en otros inmuebles. Décadas después de esos hechos, la agrupación "Hijos y nietos por la memoria" organizó un recorrido conmemorativo por diversos centros de detención y tortura que funcionaron en la ciudad de Punta Arenas. Este es el registro de ese reencuentro con sitios que aún despiertan recuerdos imborrables.