En el norte de Chile, a comienzos del siglo XX, el grado de explotación por parte del imperialismo ingles y de la oligarquia nacional llegaba a límites increíbles; por ejemplo, a los obreros no se les pagaba en dinero sino en fichas que sólo eran canjeables en el recinto de la oficina (nombre que se les daba a la mina del salitre), además de jornadas de trabajo 16 ó 18 horas. Estos y otros abusos similares llevó a que en el año 1907 se organizara la primera gran manifestación pacífica de los obreros de la pampa, con sus mujeres y niños, que fue violentamente reprimida en la tarde del 21 de diciembre, en lo que se convirtió en una de las masacres más brutales que se recuerde en América Latina. Esta película está dedicada a aquella tierra y a aquellos hombres, trabajadores chilenos.