Durante el período de la dictadura de Pinochet, un grupo de chilenos fotografió las protestas y la sociedad chilena en sus más variadas facetas. En la calle, al ritmo de las protestas, estos fotógrafos se formaron y crearon un lenguaje político. Para ellos, fotografiar fue una práctica de libertad, un intento de supervivencia, una alternativa para poder seguir viviendo. Sus fotografías sirvieron para apoyar el testimonio de las víctimas de la dictadura y fueron fundamentales para iniciar procesos de justicia. Algunos de ellos fueron reprimidos brutalmente, otros asesinados... la mayoría siguen vivos. Ellos representan el inhóspito pasado de Chile y la metamorfosis de la sociedad chilena. Esta película habla de ellos.