Esta arpillera de gran formato representa el trabajo comunitario y solidario que se realizaba en la década de los ochenta. Por aquellos años la precariedad social llegaba niveles límite y la pobreza y la privación golpeaban día a día a miles de chilenos. El escenario estaba marcado por una crisis económica, una alta tasa de cesantía, falta de vivienda, de acceso a la educación, desnutrición, y otras dolencias cotidianas en los sectores más vulnerables, a la que se sumaba la fuerte y permanente represión de la dictadura. En este contexto, la organización poblacional se constituye en una poderosa herramienta de articulación para conseguir objetivos comunes. Es por esto que en este textil se grafica el trabajo de las mujeres en las ollas comunes, en los comedores infantiles y, por supuesto, en los talleres de arpilleristas.